viernes, 3 de febrero de 2017

DELITOS LEVES: ENTRE LA RISA Y EL LLANTO

Ayer tuve que hacer un favor a una amiga y sustituirla en un juicio. Se trataba de un juicio inmediato de delitos leves, lo que antes era un juicio de faltas. Hacía mucho tiempo que no hacía un juicio así, tanto que ni recuerdo cuando hice el último. Para quien no sepa de lo que hablo, aquellas infracciones delictivas de muy poca importancia son reconducidas por lo que ahora se llaman delitos leves, y sus juicios tienen muy poco formalismo y son bastante caoticos. Para los viejunos como yo igual recuerdan una serie que se llamaba juzgado de guardia. Con diferencias, es bastante aproximado. son unos juicios además especialmente aborrecidos (en general aunque supongo que habrá excepciones) por los jueces y fiscales que han de intervenir en ellos.

El juicio en el que tenía que intervenir tenía poca complejidad jurídica pero bastante más social, por decirlo de algún modo. Una persona trata de hurtar en un supermercado, es parada a la salida y se estaba llevando comida por valor de 10 euros. Incluso se puso a llorar al ser interceptado. Lo social creo que no hace falta que lo explique, a lo anterior añadamos más de 60 años, cierto desequilibrio detectado cuando hablé con él, habilidades sociales reducidas y comida de primera necesidad la que trataba de hurtar.

Un cuadro.

A pesar de ese carácter de poca importancia, los juicios por delitos leves comparten con los de los mayores una rara puntualidad, así que tocó un largo rato de espera. En esos momentos me gusta meterme a ver este tipo de juicios, pues siempre me han dado momentos muy divertidos, suelen ser riñas de vecinos, denuncias rocambolescas y personas con comportamientos poco adecuados (como tutear al juez). Suele haber momentos jugosos.

Así que ahí estaba pasando el rato, los juicios no me defraudaron y tuve que contenerme la risa en diversas ocasiones: una condenada in voce que tras ello pidió perdón por lo hecho a todos los asistentes y a toda España (sic); otra acusada que se acomodaba el micrófono como si estuviera en un talent show dispuesto a dar lo mejor ante Risto Mejide: la misma acusada que entre sollozos declara su amor al denunciante para con cierta bipolaridad ponerse seria al contestar la siguiente pregunta; y lo chocante de que la fiscal solicite la condena de la penitente del HAMOR porque literalmente el denunciante no le había dado ningún pie (suficiente condena llevaba ya la pobre encima) pidiendo una cuantiosa multa (y siendo condenada a la misma).

Pero mientras veía el lado cómico de las situaciones algo luchaba también dentro de mi. Veía como pasaban constantemente personas con evidentes trastornos, inadaptados, hurtos de productos de necesidad y no podía olvidar la trágica situación de quien me tocaba defender, a quien conseguí una reducidisima multa de 45 euros pero que ni siquiera iba a ser capaz de pagar esa cantidad y se le iban a convertir en 7 días de prisión.

Y sentía que algo no funcionaba bien en todo ese sistema, bien por el tipo de aspectos que eran enjuiciados. como lo que sentí cuando el vigilante de seguridad enumeraba los objetos que había hurtado mi defendido (queso, carne, embutido y especias); el poco sentido (o un sentido que yo no encontraba en ese momento) de que un hurto de 10 euros tenga que ser enjuiciado así y todo el coste que supone para la Administración de Justicia, el preguntarme por qué esas empresas de seguridad o supermercados denunciaban este tipo de cosas y no se limitaban a recuperar lo hurtado (supongo que hartas de continuos hurtos); las características comunes que se evidenciaban en todos los acusados que pasaban unos tras otros; y como digo esa sensación de justicia de picadillo.

Y aún me dura mientras escribo esto esa sensación de que hay algo desajustado en todo esto. Que algo no funciona.

4 comentarios:

  1. Hola. Es que normalmente, al menos por aquí, el representante de un Corte Inglés, Carrefour y similares tiene 2-3 juicios por día. Por cierto, no irá 7 días a prisión sino de localización permanente :P

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    1. Joder, tercera vez (en dias distintos) que te respondo. En fin, cosas de blogger. Que te decía que el artículo 53 sustituye multa por prisión si bien en el caso de delitos leves PODRA ser localización permanente. PODRA, si quiere el juez.

      "1. Si el condenado no satisficiere, voluntariamente o por vía de apremio, la multa impuesta, quedará sujeto a una responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias no satisfechas, que, tratándose de delitos leves, podrá cumplirse mediante localización permanente"

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  2. Comparto esa nada morbosa, sino más profesional inquietud que me lleva en esas ocasiones a entrar en Sala para ver las vistas que me anteceden. Suelo, no obstante, ejercitar ese "voyerismo" más en vistas de los Juzgados de lo penal, donde sí suelo estar más a menudo. Raro es que acuda a celebrar un juicio por delito leve. Raro, como todo lo que se ve en ellos, como bien dices. Suelen normalmente coincidir con favores a amigos o clientes. Pero entrando de lleno en el fondo del asunto, me voy a mojar: me parece que la celebración de ese tipo de juicios tan leves es una verdadera pérdida de tiempo, y que deberíamos buscar una solución más adecuada para todos esos temas tan leves, que obligan, tanto al MF, como a los Jueces de instrucción, e incluso a los Magistrados de las Audiencias Provinciales, a "perder" un tiempo que, bien aprovechado en otros menesteres, llevarían a una mejora sustanciosa en la Administración de Justicia en general. No sé qué solución habría de articularse. Sin embargo, pienso en un mundo sin este tipo de juicios de faltas... y veo, en mi utopía, tantas ventajas que a todos benefician, y que a la sociedad en general aprovechan, que al despertar de mi sueño, siento esa sensación que a veces tenemos de querer volver a dormir, para volver a retomarlo a ver cómo acaba ;-)

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    1. Gracias por el comentario. Quizás en los delitos leves, en algunos de ellos, debiera perderse el carácter del derecho penal y abrir la vía a sistemas alternativos de resolución de conflictos. Independientemente de ello, al alternativa a su no existencia cual sería? la despenalización de determinadas conductas como ha pasado con las injurias. O quizás unos juzgados de verdadera proximidad que solo resuelvan estas cuestiones.

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