domingo, 31 de agosto de 2014

ABOGADO: VESTIR CON DECORO

Ayer se producía un debate en tuiter en relación a esta intervención de la amiga @CPEREZANDUJAR para la revista yo Dona en relación a la obligación en determinados ámbitos de vestir correctamente. No lo he podido evitar. Quien me conoce sabe que huyo todo lo que puedo de la imagen estereotipada del abogado con traje y corbata lo que no quita para que siempre lo vista en juicio y en determinados ámbitos, por una cuestión en la que luego entraré.

El artículo en cuestión planteaba la disyuntiva sobre la obligación de vestir correctamente. Creo que la palabra clave es "obligación. ¿quien va a obligar? ¿quien va a controlar el cumplimiento de dicha obligación? ¿como se actuará contra quien no cumpla? Las propias preguntas indican claramente en mi opinión lo equivocado de este planteamiento. Y no es algo que debamos pensar como improbable, pues ya se suscitó polémica con esta cuestión en relación a los secretarios judiciales y funcionarios en el anteproyecto de reforma del código penal respecto a la impuesta obligación de vestir con decoro bajo amenaza de sanción.

Si acudimos a alguna norma habilitante el Estatuto General de la Abogacía Española expresa en su artículo 57 al referirse en la actuación en Sala que el abogado llevará toga y adecuará su indumentaria a la dignidad de su función. A diferencia de norma ya extinta que precisaba la necesidad de llevar camisa blanca y corbata negra, ninguna otra mención se realiza, por lo que la controversia es en relación a la adecuación de la indumentaria a la dignidad de su función habiendose generado incidentes entre jueces y letrados sobre la obligatoriedad o no de usar corbata en juicio. No se trata de un debate exclusivo de nuestro país como pueden leer aquí. Y no debe circunscribirse a la prenda masculina dado que en otros momentos se ha suscitado una polémica sobre prendas femeninas en el ejercicio.

Pero es que aun así se trataría de un debate circunscrito a unas actuaciones muy concretas, propias de los abogados cual es la intervención en juicio, pero que no son sus únicas acciones pues la labor del abogado es más amplia. ¿debe extenderse esa indumentaria adecuada a la dignidad de nuestra función a esos otros ámbitos? Quien defiende lo menor debe defender la mayor, pues la función es extensa y continua por lo que no cabe entender que quienes asocian dignidad a determinada vestimenta, la circunscriban solo a la sala. Es más, habitualmente los abogados solemos decir que nuestro trabajo es de 24 horas 7 días a la semana, siendo abogados en todo momento. ¿vamos a obligar a una vestimenta adecuada 24x7?

En realidad la confusión es importante, en mi opinión, cuando determinadas opiniones unen a esta dignidad la palabra decoro, que como he dicho antes ha suscitado fuertes críticas entre funcionarios y secretarios judiciales. Y es que ¿a que acepcion de la RAE nos referimos con decoro? Aquí tienen las acepciones:
decoro1.
(Del lat. decōrum).
1. m. Honor, respeto, reverencia que se debe a una persona por su nacimiento o dignidad.
2. m. Circunspección, gravedad.
3. m. Pureza, honestidad, recato.
4. m. Honra, pundonor, estimación.
5. m. Nivel mínimo de calidad de vida para que la dignidad de alguien no sufra menoscabo. Su sueldo le permite vivir con decoro.
6. m. Arq. Parte de la arquitectura que enseña a dar a los edificios el aspecto y propiedad que les corresponde según sus destinos respectivos.
7. m. Ret. En literatura, conformidad entre el comportamiento de los personajes y sus respectivas condiciones sociales.
8. m. Ret. Adecuación del lenguaje de una obra literaria al género, al tema y a la condición de los personajes.


Claramente no es aplicable la primera pues se refiere a un respeto a determinada persona por su nacimiento o dignidad, y hemos hablado que la corrección de la indumentaria ha de ser en relación a la función de abogado (función es distinto de persona). ¿hablamos de circunspección y gravedad? ¿como se viste con gravedad? O más grave aún ¿se está diciendo que debemos vestir con honestidad, pureza, recato? ¿En que siglo estamos?




Como decía @lidiazommer la apariencia comunica pero su elección es parte de la libertad individual. Y es que en el campo de la comunicación visual nuestra apariencia manda un mensaje que es recibido por quien nos ve. Y si nos centramos en el campo profesional, debemos ser conscientes de ello y de la existencia de determinados sesgos en las personas que pueden confundir competencia profesional con apariencia. Si el cliente espera porque tiene un estereotipo de un abogado con corbata que el abogado lleve traje y corbata, si no lo hacemos podemos tener resultados controvertidos. En mis años de ejercicio profesional tengo comprobado un mayor porcentaje de conversión de determinados clientes potenciales en clientes reales si en el momento de la captación si llevo traje y corbata que si no la llevo. Del mismo modo que sé que en determinados ámbitos se ve negativamente llevar traje y corbata. Los prejuicios y sesgos están en prácticamente todas las partes.

Pero esta es una cuestión radicalmente diferente del expresado debate pues una cosa es atender a esos prejuicios y sesgos desde una perspectiva comercial y otra atender desde una cuestión de "dignidad y decoro". Funcionar sobre prejuicios es un grave error y siempre hay que contrastar con el criterio personal. Como decía en tuiter, más les hubiera valido a tanto desahuciado no depositar la confianza en quien la depositaron (comerciales de inmobiliaria, bancarios, notarios, etc.) por el hecho de que todos ellos llevaban traje y corbata.

Y hablar de dignidad y decoro también nos lleva a sesgos y prejuicios. ¿alguien que lleva tatuajes no es digno? Y nos lleva a posiciones, y siento decirlo con esta crudeza, cercanas al clasismo. La dignidad de la persona ha de asociarse a sus acciones y no a su apariencia.

No es en definitiva más que un coletazo más de esa controversia que explicaba en mi ponencia sobre nuevas formas de ejercer la abogacía, y de un cierto reduccionismo de nuestra visión como abogados. Los abogados tenemos una importante labor y función social. Trabajamos con un material frágil y delicado: los derechos. Pero no somos más elevados, ni más dignos, que otras funciones y otras personas. No nos juzguemos por parámetros como el oficio, y sí por cómo ejercemos nuestro oficio. Y no por como nos vestimos.

¿Y tú que opinas?

lunes, 18 de agosto de 2014

LA RESPONSABILIDAD DE LOS COLECTIVOS

Hasta que punto pueden corregirse las disfunciones encontradas en diferentes colectivos sin la propia implicación de los mismos? Se afirma que el grado de corrupción política y de desafección entre políticos y ciudadanía es máximo. Muchos ciudadanos están escandalizados ante las noticias que aparecen pero poco se puede hacer si el propio poder político y partidos no sólo toleran estas conductas sino que incluso las premian. No es ya difícil encontrar políticos que dimitan, es que algunos son promovidos de forma sonrojante a altos cargos como no ocurriría en una sociedad democrática avanzada. Ya casi ni nos escandalizamos porque sabemos que no va a ocurrir absolutamente nada. Poco se puede hacer si los propios partidos no se erigen en correctores y filtros de las conductas inadecuadas y de los corruptos expulsandolos de sus filas.
Actualmente ocurre todo lo contrario.

Muchas críticas se ciernen sobre el periodismo complaciente, genuflexo y sometido a intereses. De la misma manera que lo anterior poco puede hacer la sociedad por la existencia de un periodismo independiente si sus propios profesionales bajan la cabeza ante estas situaciones y consolidan un sistema perjudicial para todos. Un buen periodismo es un necesario elemento de calidad democrática.

En días pasadas leía una desafortunada entrada diletante en la que entre otras cosas se venía a "reflexionar" sobre el ejercicio de la violencia por parte del Estado y en la que se afirmaba que teníamos una policía absolutamente preparada y no había casos de abusos salvo en algunas policías autonómicas. Realmente no es cierto y si bien hay más casos conocidos en la policía autónoma catalana lo que es de agradecer de la misma es la existencia de cámaras y otros medios de control que han destapado esos conocidos abusos. Desde luego no digo que todo policía abuse. Decir eso sería una barbaridad e injusto. Pero si me he topado con demasiada frecuencia con quejas de detenidos. Y es que aunque sean pocas siempre serán demasiadas y pocas cosas hay más repugnantes que quien tiene el deber de velar por nuestros derechos no lo haga y los lesione. Así es poco edificante que en un video como circulaba hace pocos días un agente manifieste que pueda mentir ante un juez, o la reciente condena a un agente por inventarse un atestado. Por eso ayudan poco posiciones corporativistas del colectivo o "palmaditas en la espalda" o miradas hacia otro lado de jueces y fiscales cuando surge alguno de estos incidentes. Lo más importante como en los ejemplos anteriores es que un cuerpo permanezca limpio y quien más debe hacer por su limpieza son los miembros del propio cuerpo.

Me anticipo al comentario estereotipado y miro a mi propio colectivo, los abogados. Se confunden prácticas incorrectas que serán castigadas por el propio mercado (si tratas mal a un cliente será perjudicial para tu negocio) con conductas contrarias a las normas deontologicas cuyo control debe ser consistencia de los propios abogados por las razones anteriormente expuestas,  función que viene encomendada a los Colegios de Abogados los cuales en mi opinión son ineficientes al respecto. Debe hacerse más en ello pues el colectivo es también perjudicado por dichas malas prácticas, sobre todo cuando todo esfuerzo por mejorar nuestra imagen, es poco.

domingo, 17 de agosto de 2014

EL INCUMPLIMIENTO DE LA NORMA

Las normas están para cumplirlas y si no se cumplen allí estará el régimen sancionador. Pero lo cierto es que por delante hay un trabajo de educación dirigido a que el ciudadano tenga un comportamiento responsable y cumpla la norma. Cuando preparé oposiciones y estudiaba el temario de criminologia se hablaba de los inhibidores de determinados comportamientos, es decir, de los motivos por los cuales cumplimos la norma y resistimos el ánimo de no cumplirla.

Ayer leía el blog de Ricard Martínez donde reflexionaba sobre estas cuestiones como sufridor de excesos en fiestas patronales. Hoy como conductor me he topado con una pluralidad de conductores incumplidores de las más elementales normas no sólo de conducción sino de urbanismo y educación.

Me gustaría trasladar con la claridad que lo ha hecho Ricard Martínez en su blog la trascendencia de estos comportamientos cada vez más habituales. Las normas están para cumplirse pero no por su mero mandato normativo, sino porque el efecto de su cumplimiento es beneficioso para el conjunto de la sociedad. Dejare a un lado otras disquisiciones sobre la objeción a una norma injusta, pues exige definir el concepto de justicia e injusticia y además no tiene nada que ver con esto. Se trata en mi oponion de un comportamiento cada vez más extendido cual es anteponer el interés individual frente al colectivo, pero llegando ya a un punto en el cual ya no se trata de una contraposición de intereses. Es que no existe el más mínimo respeto ni consideración hacia al otro.

Esto es lo que considero extremadamente grave y preocupante. Es difícil que progresemos como sociedad con esta mentalidad y ciertamente asusta a que extremos de puede llevar si cada vez más ciudadanos funcionan de esta manera, sin pensar en el otro. Habrá quien me dirá que esto pasa desde hace mucho tiempo o que ha ocurrido siempre. Discrepo. No tanto como ahora.

Pero claro, no hay más que ver también nuestra clase política, ministros que en otros países no hubieran llegado a serlo (ana mato, si marido y la Gurtel), partidos que pretenden cambiar las normas cuando les interesa, y continuos escándalos.

Y no parece que como sociedad nos preocupe ni tomemos acciones para solucionar esto.

viernes, 15 de agosto de 2014

ABIERTO POR VACACIONES

Durante el mes de agosto intentare no tratar en el blog temas de carácter jurídico. Unos días fuera de España con poco acceso a internet y la necesidad de concentrar mis esfuerzos mentales en la toma de una serie de decisiones motivan esta postura aunque no se sí la cumpliré pues todo o casi todo esta relacionado con el derecho.

Como digo he estado fuera de España. En Francia. He tenido la oportunidad de entre otras cosas visitar escenarios de la batalla de Verdun. Siempre he sido antimilitarista, lo que no quita para poder decir abiertamente que los militares (mandos en su mayoría) con los que he tratado me han parecido personas honestas, honorables e integras en su mayoría. Y siempre me ha interesado sobremanera la Gran Guerra, la Primera Guerra Mundial, una guerra atroz donde los soldados eran enviados al matadero (cada día murieron más de 5000 soldados) en una guerra generada por políticos que no pensaban en sus ciudadanos y liderada por mariscales y generales carniceros a los que no les importaba lo más mínimo la vida de sus soldados (recomiendo ver la película Senseros de Gloria de Kubrick sobre los motines en el ejército francés) sometidos a un infierno en tierra. Soy asiduo visitante de pueblitos pirenaicos franceses donde en cada uno de ellos encuentras, como en toda localidad francesa, monumentos a sus caídos en la gran guerra. Es impactante leer las listas de soldados muertos. Pero es muy importante recordarlos no sólo por honrar su memoria sino porque algo tan espeluznante no vuelva a ocurrir. Una memoria por cierto de la que todavía carecemos en España sobre nuestra guerra civil.


Ese día pude visitar el osario de Douamont, donde reposan miles de soldados desconocidos. No sólo impresionan los campos con miles de cruces blancas, dentro del edificio construido como cenotafio, en sus paredes interiores se recogen muchos nombres de los fallecidos. Una escritura en la piedra con su nombre y apellido, su lugar de procedencia y una fecha de nacimiento y de muerte. Poco más, en algún caso su división o su rango. Me resulto sobrecogedor ver que la mayoría de esas inscripciones arrojaba una fecha de nacimiento entre 1890 y 1895. Decenas de miles de los soldados muertos tenían 18, 19, 20. 21 y 22 años cuando cayeron.

Imagine a esos niños disfrutando de la infancia sin saber que su vida estaba conducida a que unos pocos tomaran unas decisiones que llevarán a la muerte y destrucción de toda una generación (no sólo hay que pensar en los muertos, sino en los mutilados y heridos con secuelas de por vida, siendo las más graves secuelas las propias experiencias vitales de las trincheras, sometidos a una tensión y vivencias aterradoras).

Pensé en que poca libertad de acción y decisión tenemos como individuos cuando un sistema político puede condicionar hasta tal punto el destino de las personas. Desee que ninguna generación tuviera que pasar por el suplicio de una guerra. Recordé como sigue muriendo gente en la actualidad (Gaza, Siria, etc) por decisiones tomadas por otros. 

Pensé que todo el sacrificio de esos soldados no debería ser en vano y que la mejor manera de honrarlos es luchar por la libertad del individuo.

Nota.- la foto que aparenta un bucólico paisaje en realidad es parte del pueblo de Fleury, destruido en su totalidad por un intenso bombardeo en la batalla de Verdun y escenario de brutales luchas. El apreciable ondulado de su paisaje fue creado por el bombardeo que genero una multitud de cráteres donde ahora se concentra el agua de la lluvia sobre los muertos que siguen reposando debajo.

martes, 5 de agosto de 2014

FORMACIÓN DEL ABOGADO

Si un abogado quiere prestar servicios de calidad precisa entre otras cuestiones de realizar una formación continúa.

- NOVEDADES LEGISLATiVAS

La legislación se modifica y no siempre para mejor. Creo que pocas veces he conocido como abogado una legislatura como esta en la que se produce tanta modificación de leyes hasta un punto extremo, incrementado por el abuso del Decreto Ley. El abogado ha de estar al tanto de todas estas modificaciones legislativas.

- PROFUNDIZACIÓN TEÓRICA 

Como hace bien Emilio Aparicio en recordarme periódicamente un buen abogado precisa de una importante base doctrinal y teórica. Por lo tanto, es precisa también la lectura de libros jurídicos para reforzar esta faceta. Son clásicas nuestras "discusiones" sobre los libros jurídicos, pero básicamente lo hago por el mero placer de debatir. En la idea de fondo no puedo estar más de acuerdo con el: la base doctrinal y teórica es esencial en un buen abogado.

- JURISPRUDENCIA Y OTRAS DECISIONES JUDICIALES 

Al igual que expresaba en relación a las modificaciones legislativas el Derecho también vive en las resoluciones judiciales, que también deben ser conocidas por el abogado. Así decisiones de tribunales como el TJUE supone un inmediato cambio en la práctica o una determinada variación interpretativa puede hacer que plantees mal la demanda si no la conoces.

- FORMACIÓN PRÁCTICA

Esto me lleva al último apartado. La necesidad de cubrir los aspectos anteriores desde actividades de formación dirigidas al colectivo y que le faciliten a este su formación continúa atendiendo las novedades, sin descuidar el plano teórico, con un enfoque dirigido a la práctica cotidiana.

Creo que esta debería ser una labor esencial de los Colegios de Abogados partiendo de una planificación de la formación necesaria. Sin embargo mi experiencia en la participación en programación de formación para el colectivo me indica que cuesta mucho programar una formación que luego se traduzca en una asistencia mínima de abogados. He participado en muchas reflexiones al respecto de cual es la razón de ello: la temática, los horarios, el precio. Lo cierto es que muchas veces es una incógnita. Se convierte en un reto.

Quizás como indicaba en mi ponencia sobre nueva abogacía esto incide en nuestro principal problema: el tiempo. Y quizás la multiplicidad de tareas a las que se ve obligado un pequeño despacho haga que se reduzca el tiempo dedicado a la formación y se es más selectivo con la misma.

Y tu que opinas?

domingo, 3 de agosto de 2014

CINCO RAZONES PARA TENER UN BLOG JURIDICO

Veo que de un tiempo a esta parte proliferan los blogs jurídicos. También evolución en algunos ya consolidados o al menos algún pequeño cambio en ellos. En otras ocasiones he compartido algunas reflexiones sobre esta cuestión en este propio blog como en esta entrada en el que apuntaba a raiz de una entrada de Emilio Aparicio (@apariciosan en tuiter) la posibilidad de uso de esta herramienta como elemento de debate.

Lo cierto es que cada vez prolifera más esa plaga bíblica que son los expertos en redes sociales y todos ellos pregonan la obligatoriedad de tener un blog, por lo que cada vez más juristas se aventuran al proceloso mundo de los blogs, mientras observo como los internautas por la razón que sea cada vez leen menos blogs, lo que me llevó a esta otra reflexión en la que postulaba sobre la calidad de las visitas frente al número de las mismas (muchos de los blogueros que anuncian a bombo y platillo el número de visitas de sus blogs obvian que no toda visita supone una lectura, yo mismo he visitado algún blog y he salido huyendo despavorido de él), algo que explicaba en mi charla sobre "nuevas formas de ejercer la abogacía".

En este escenario me atrevo a dar CINCO ELEMENTOS POSITIVOS DE TENER UN BLOG JURIDICO

1. POSICIONAMIENTO

Un blog con una buena frecuencia de actualización ayuda a estar posicionado en los buscadores, esencialmente en google que es el buscador utilizado por antonomasia y por el resto de los españoles.

2. REPUTACION

Un blog con un buen contenido ayuda a mejorar la reputación del autor. Puedo trasladar la experiencia propia en la cual mi blog mi ha ayudado a tener una mejor consideración entre compañeros, además de abrirme puertas de proyectos profesionales. Es además un elemento de diferenciación y una herramienta útil si tratas de trabajar una marca personal. Por último siempre me sorprende el feedback positivo que recibo tras charlas o en otros sitios cuando se me acerca alguien que dice que me "conoce" por el blog.

3. GUARDAR INFORMACION

Almacenar información que has trabajado en un determinado momento y que te puede ser útil con posterioridad es un motivo de abrirse un blog más habitual del que te piensas y que ha dado lugar a blogs jurídicos de éxito en nuestro país. Incluso aunque el contenido del blog sea más personal es útil leerse y verse en retrospectiva para evaluar nuestra evolución.

4. COMPARTIR

Nunca hablaré lo suficiente de los beneficios de tener un planteamientos cooperativo y de compartir en internet. Mucha gente es reacia a compartir su conocimiento y es algo muy habitual entre abogados. Es un tremendo error. Compartir te lleva a conectar con otra gente con el mismo planteamiento, a escenarios de creación intelectual, a progresar y evolucionar como juristas. Compartir está en el ADN de todo buen bloguero.

5. GENERAR TU PROPIO CONTENIDO E INFORMACION

Cuando hablo con personas que son reacias a estar en redes sociales siempre les hago un mismo comentario. Les digo que por mucho que no quieran que haya información sobre ellos en la red, la va  a haber necesariamente, aportada por otras personas, con lo cual es conveniente que tú generes la información que te interesa que se sepa. Y un blog es un excelente medio para ello.



En conclusión un blog ha de tener unos mínimos de calidad, ha de tener un contenido elaborado y una frecuencia de actualización publicando varias entradas a la semana. En caso contrario el blog no tendrá estos efectos positivos sobre tu persona, con el riesgo de trasladar una imagen negativa. También ha de ser distinto y servir para diferenciarte. Ten todo esto en cuenta si te animas a tener tu propio blog jurídico.


Nota.- Como ya me ha pasado en alguna otra entrada en que critico a los expertos, aclaro, pues pensaba que quedaba de por sí claro, que en este blog (ni en ningún otro sitio) doy lecciones a nadie. Me limito a trasladar mis reflexiones e ideas por si a alguien le sirven. Y que cada uno haga lo que considere.

sábado, 2 de agosto de 2014

QUIEN ES ALFREDO HERRANZ

Sara Molina @saramolinapt de Marketingnize y autora del exitoso libro "El abogado 3.0" me pidió que les escribiera sobre mi para su sección "Conoce a ..." que podeis leer aquí. Aprovecho y extracto parte del texto, que sirve de perfecta presentación mía. Quien soy y como entiendo ser abogado.



La abogacía es una profesión a la que podemos dar nuestra impronta personal y nuestra manera de ser marca mucho la manera en que la ejercemos. Una impronta es que soy aragonés. Ser aragonés implica ser perseverante, no desanimarse y continuar adelante por muchos obstáculos que uno tenga delante. Creo que como abogado soy así, siempre saltando obstáculos teniendo claro el objetivo a conseguir y sin parar de luchar hasta el final. Y es que un zaragozano tiene marcado aquello de que “entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde”

Soy montañero. Ya no subo tantos picos como hace años, pero nunca se deja de ser montañero. La montaña es un escuela donde aprendes cosas que no aprendes en otros lugares de tu vida: solidaridad, compañerismo, esfuerzo y sobre todo te ubica. Escalas montañas que llevan millones de años ahí. Eres insignificante temporal y espacialmente. Y si un día la naturaleza muestra toda su energía y su fuerza, no eres nada ni nadie contra ella. Subir una montaña no es más que un reto que te pones y te propones conseguir al que destinas tu energía. Además de las buenas experiencias vives situaciones extremas que te enseñan lo que verdaderamente es importante en la vida y en tu vida. Como abogado es importante saber priorizar, detectar intereses, ser esforzado y no sobrevalorarte ni minusvalorar tu entorno.

Desde pequeño, muy pequeño, me recuerdo rebelde ante la injusticia. Un niño que no se podía quedar callado ni tolerar una injusticia, que salía a defender a otros cuando entendía que tenía que hacerlo. Cuando veo una situación que entiendo injusta y se me revuelven las tripas mi primer impulso es la acción, pensar qué se puede hacer. Un abogado no puede permanecer impasible ante la injusticia ni ante la lesión de derechos y libertades.

Unido a lo anterior me considero una persona comprometida en causas sociales. Creo que todo individuo tiene una responsabilidad para con los otros, para con su entorno más cercano, para con la sociedad. Que los abogados como ciudadanos tenemos una deuda con el resto de la sociedad a la cual debemos aportar nuestros conocimientos. Un abogado debe ser un buen jurista y luchar para que la sociedad se dote de las mejoras normas y denunciar las normas que generan desigualdad. Ahí estamos muchos contra las tasas judiciales, por poner un ejemplo.


Me considero empático. Soy una persona muy pendiente de la gente que está en mi entorno y en especial de la gente a la que quiero, anteponiendo prácticamente siempre sus intereses a los míos. Siempre pendiente de detectar llamadas de ayuda a las que atender. Esto no es necesariamente bueno, me lleva a momentos vitales en que el análisis te indica que es más lo que das de lo que recibes. La gente como yo no busca un equilibrio matemático, una igualdad en el dar y recibir. Pero los análisis son positivos para redefinir las personas en las que debes centrarte. Como abogados, debemos detectar las necesidades del cliente, evaluar cómo podemos ayudarle y generarle soluciones. El cliente demanda sentirse entendido y que le transmitas empatía. El abogado que yo conozco antepone en exceso la atención al cliente a su propia vida e intereses personales. También debemos estar atentos al necesario equilibrio en las contraprestaciones. Al fin y al cabo, con el cliente tenemos una relación de negocio.

Otro elemento importante es que me defino como internauta. Soy usuario de internet desde hace muchos años y me apasiona lo que encuentro en muchos otros usuarios: la voluntad de compartir, de generar espacios de pensamiento creativo, nuevamente la solidaridad, la libertad. Internet es un espacio donde se aprende y me encanta enseñar, entendido como transmitir información y conocimiento. Un abogado debe transmitir ese conocimiento, debe ser comunicador, con sus clientes, con los contrarios, con los jueces. Ese es otro de mis intereses: la comunicación. Creo en el trabajo en equipo y en los grupos. Una de las cosas que más valoran mis clientes es la dedicación que pongo en explicarles e informarles. Y uno de mis objetivos de cara al futuro es incrementar mi faceta como formador